Lima, la denominada Ciudad Jardín a pesar de desarrollarse en un desierto vive de espaldas al mar, lo cual no es algo nuevo ni en el primer ni en el tercer mundo. Proyectos para voltearle la cara han habido, y muchos, pero el único que ha funcionado es el típico “no hagan olas”, y no me refiero a los rompeolas, sino a ese que siempre nos guía: hacer algunas pequeñas cositas que no despierten al monstruo de la envidia que es el que nos gobierna (no me mal interpreten, no me refiero a nuestro gobernante).
Es así que hace pocos días ha surgido uno nuevo, el cual ha suscitado nuevamente una polémica sobre este espacio colindante con el mar, supongo que por la proximidad de la estación veraniega (¿será que siempre nos acordamos de las cosas a último momento?), o porque algunos alcaldes de la Costa Verde decidieron hacer algo en sus respectivas jurisdicciones (la extensión podría extenderse también al campo político pues las elecciones comienzan a estar a la vuelta de la esquina).
Es así que nuevamente hay pantalla ofrecida y muchos salen a hablar (¿será que buscan sus quince minutos de gloria?), y muchos otros a escribir (¿me debo incluir en la lista?), pero sobretodo a opinar sin siquiera saber de qué trata el tema (ahí sí me resisto a estar en la lista). Surgen pues los conocedores de temas urbanos, sociales, políticos, etc. dictando cátedra con grandes declaraciones principistas, y grandes ideas que rayan en lo quimérico, y pareciera que todas ellas medio zafadas de la realidad, o acaso alguien ha mencionado ¿cuánto costará hacer este nuevo Plan? O ¿de dónde saldrá el dinero para hacerlo? O ¿quiénes pagarán su mantenimiento, que dicho sea de paso no es barato? O ¿mediante que procedimientos administrativo burocráticos se hará? O ¿acaso cuentan con la opinión de los vecinos sobre el mantenimiento de tan magno espacio que probablemente ellos deban pagar con sus … arbitrios?
Pues al menos yo ni he leído, ni he oído nada, sólo he visto algunos dibujos (con arbolitos un poco durones…tal vez por el apuro de tener que mostrar algo ante la presión del cliente), un videíto que anda por you tube, y mesas con personas serias alrededor (algunas sentadas y otras paradas como en las fotos antiguas).
En todo caso, también me aventuraré a meter mi lenguota (espero mis queridos alumnos no me mal interpreten, y se me equivoco sepan perdonarme), y ensayo algunas ideas:
1) Pareciera que para que un espacio recreativo sea exitoso debe además de estar bien diseñado, propiciar y asegurar la afluencia de público.
2) Pareciera también, en base a las exitosas experiencias en varias partes del primer y tercer mundo (siempre se nos pierde el segundo, no sé por qué), que es necesario crear condiciones de movilidad urbana adecuadas, y que estas condiciones operan en tanto y en cuanto haya un mercado razonable de forma permanente. La experiencia también nos dice que la demanda permanente se puede lograr con un buen posicionamiento del “producto”. Hasta ahí parece que podríamos entender que ha pasado en otros lugares con soluciones a problemas similares, pero ¿será posible que en Lima haya un mecanismo que promueva permanentemente un espacio público de este magnitud?
3) Si analizamos algunos espacios urbanos ribereños recuperados, veremos que los espacios urbanos colindantes a ellos, tienen una población que reside, estudia, trabaja, y/o realiza diversas actividades (p.e. Puerto Madero de Bs Aires, Malecon 2000 de Guayaquil, el Malecón de la Habana, los Docklands de Londres, la Barceloneta de Barcelona, etc.). Hay infinidad de buenos ejemplos que lo demuestran; sin embargo aquellos que no poseen esta población residente, es porque están concebidos como espacios para el turismo vacacional (p.e. muchos "resorts" del Caribe).
4) En el caso de la Costa Verde, si se tuviese una población residente en la parte baja se garantizaría la concurrencia de gente a sus espacios públicos (familias, ancianos, niños, parejas, etc.) haciéndolo más fácilmente mantenible, por cuanto su costo de mantenimiento se prorraterá no sólo entre todos los vecinos del distrito sino incluyendo a estos vecinos directos; caso contrario este gasto se le cargaría sólo a los vecinos de la parte superior de cada distrito, perjudicándolos con un espacio que dudosamente lo sienten como suyo.
5) La Visión Urbanística que actualmente se trata de cambiar, entiendo que se fundamenta en la asociatividad público privada que el gobierno central tanto está tratando de promover, y que tan buenos resultados viene dando alrededor del mundo. Es el sector privado actuando como agente de desarrollo en aquellos lugares donde puede hacerlo, sin necesidad de que el estado subsidie nada.
6) La Costa Verde es un lugar privilegiado, que perfectamente atraerá al capital privado, el cuál puede realizar todo el espacio público requerido para recibir a una gran cantidad de público en condiciones de excelencia y seguridad sin que le cueste un centavo al erario nacional, y sobretodo manteniendo la intangibilidad de los acantilados (sobre esta intangibilidad a rajatabla, sugiero que ante esta teoría, se postule también el inicio de una cruzada internacional para que por ejemplo: las Islas Baleares recuperen los acantilados de Mallorca que se ocultaron por el desarrollo de su borde costero, u otra para que se demuelan las edificaciones que en Roma ocultan las siete colinas sobre la que se asienta, y habría muchas otras más).
Lamentablemente una vez más, como hemos podido registrar y analizar académica y profesionalmente, la demagogia y la falta de criterio urbano, o mejor dicho aún, la utilización del cálculo político sobre el criterio urbano anulará la posibilidad de que la Costa Verde se desarrolle (que propongo llamarla Costa Marrón, así seguro la volveríamos verde); o acaso alguien en su sano juicio cree que será posible en los próximos dos años hacer un espacio adecuado para el disfrute ciudadano de los peruanos con tan sólo 20 millones de soles (cifra que el gobierno central ha manifestado que podría entregar para ello), sorteando todos los innumerables trámites burocráticos (concursos, licitaciones, obervaciones, etc.) requeridos.
Por último y para colmo, lo peor de todo sería que en el hipotético caso que se lograse hacer algo, el nivel de lo ejecutable habrá quedado establecido en el famoso "baratito no más", porque a fin de cuentas es "algo público" y como somos pobres no debemos gastar tanto (sugiero comparar el monto de las inversiones que se realizaron en los casos de éxito de nuestros países vecinos que también son pobres y tercermundistas como el Perú). Espero no sea tarde para pensar en grande como lo hicieron las ciudades exitosas, y evitar el actuar "solapa no más…haciendo poquito para que no suene mucho".
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